El separador por aire, o separador aeráulico, permite tratar dimensionalmente un flujo de residuos de manera eficiente, ya sean residuos secos reciclados, plástico, papel, cartón u otros tipos de residuos. El tratamiento se lleva a cabo gracias a un flujo de aire controlado, que permite dividir los residuos – en base a la densidad y el factor de forma – en residuo ligero y residuo pesado.
El separador por aire se compone de un ventilador de reciclaje, una sección de separación y una sección de entrada del material.
Como se muestra en la imagen de abajo, el material que entra al separador por aire llega – a través de una cinta transportadora – a una campana extractora (flecha negra «entrada de material»). Aquí, gracias al flujo de aire controlado, generado por el ventilador (flecha azul), los residuos ligeros – sacos de plástico, películas de plástico y otros envases ligeros – se aspiran hacia arriba y continúan su recorrido por el interior de una serie de tubos (flecha roja). Mientras, los residuos pesados (botellas de plástico, contenedores de plástico y otros objetos pesados) se descargan en una segunda cinta transportadora. Los residuos ligeros alcanzan entonces la celda de rotación, donde – gracias al movimiento del rotor y la consiguiente reducción de la velocidad del aire – el material ligero puede descargarse en un transportador específico. El aire sigue así su recorrido hacia el ventilador, después del cual existe un filtro para la eliminación del polvo, finalizando de esta manera el proceso de reciclaje del aire.
La utilización de un separador por aire aporta múltiples ventajas a una planta de tratamiento de residuos:
La subdivisión del material de entrada puede regularse a través del control de la velocidad del ventilador y de las compuertas que influyen sobre la dirección, capacidad y velocidad del flujo de aire.
A continuación, un video ralentizado que muestra el material seleccionado saliendo de la celda de rotación (residuos ligeros) del separador por aire.